sábado, 17 de mayo de 2008

Engranajes y microchips

Estaba hoy, mañana del sabado, despachando mi desayuno macrobiotico de pan tostado con aceite de oliva, cuando repare que encima de la mesa de la cocina estaba la vieja maquina de coser.

Sera porque mi abuelo era sastre y algo se hereda de estos tejemanejes, pero reconoci las suaves formas de la manivela y la rueda y no pude reprimir el impulso de darle un poco de vida a sus tentadoras curvas metalicas. La maquina murmuro de gusto, como un gato ronroneando, y todo el mecanismo comenzo a moverse milimetricamente, impulsado por mi voluntad y por un diseño cariñosa y perfectamente estudiado.

Esta maquina tiene mas de 40 o 50 años. Puede incluso que muchos mas. Es una Singer de las de toda la vida, como aquella que herede de mi abuelo, o aquella otra que tiene mi madre en casa y usa aun a dia de hoy para arreglar pantalones demasiado largos o mangas demasiado cortas. Funciona como el primer dia, a pesar de que los dorados de su lomo y el lustre de sus antaño plateadas piezas a dia de hoy este aviruelado por el oxido. Funciona con una exactitud matematica, perfecta. Cuantos metros de tela habra visto pasar por entre sus agudos dientes, eso lo desconozco, pero lo que si puedo asegurar es que salvo catastrofe, vera dos veces mas esa misma distancia si se la mima con un poco de aceite y nada mas.

El otro dia mi editor, el de mi revista, decidio cambiar de movil. Porque? Es algo que se me sigue escapando a la imaginacion. Desde que empece a tener movil yo lo he cambiado cuatro veces, y la verdad que no es algo de lo que sentirse orgulloso, pero tampoco avergonzado. Digamos que me considero en la media nacional, que no mundial, porque si eres japones creo que lo cambias mas a menudo que las veces que te cortas las uñas. Y hablo de las de las manos, que hay otros que las de los pies ni se las miran.

Mi editor cambio de telefono. Tenia uno en perfecto estado, con todas las picheces que se podriand desear en un telefono a dia de hoy: camara de dos megapixeles, tarjeta de memoria, MP3, 3G, patatin, patatan... le miraba al mio y le escupia, y eso que yo con el mio estoy supercontento... pero el editor decidio que iba siendo hora de jubilar su telefono y comprarse algo mas nuevo y mejor.

Obviamente los lectores avezados saben por donde van los tiros: esta humilde maquina de coser, prestigiosa marca, que ha demostrado dia a dia ser fiable y de confianza sigue y seguira teniendo un lugar en mi casa mientras yo tenga uso de razon. Aquel telefono movil ya esta en manos de otra persona, que es un caso afortunado, pero son las mas veces las que los telefonos quedan relegados a una esquina de un oscuro cajon de mesita de noche o, peor aun, se tira o se le da a los niños para que jueguen con el.

La tecnologia avanza a pasos agigantados: cada dia se hacen las cosas mejor y mas facil, de manera mas eficiente y economica. Pero que el creador nos libre de que se desate la hecatombe y como consecuencia no tengamos mas energia electrica o gasolina, porque me se mas de uno que vera en que efimero objeto ha depositado su esperanza de sobrevivir y yo en mientras seguire cosiendome comodamente los pantalones en casa, con corriente o sin corriente.

A que esto no lo sabe hacer vuestro telefono?