lunes, 25 de agosto de 2008

Los años del cordero

Es jodido encontrarse en esta tesitura: a sabiendas de que no eres un tonto y aun asi sintiendotelo porque ves como te la meten doblada una y otra y otra vez...

Recuerdo ahora, con mucha mala hostia y mala uva por mi parte, como me tocaba los cojones a dos manos mientras estaba en la escuela, en el instituto, incluso a veces en la facultad. No fue hasta bien metiedo en edad de 20 y pico que me di cuenta que me gustaba aprender, saber, poder dialogar sobre cosas que no fuesen la gilipollez que ibamos a hacer el fin de semana o la tonteria que habia salido ultimamente en los programas de la telemierda. Me di cuenta demasiado tarde, y habia muchos libros que me quedaban por leer -y que aun me quedan- para cerciorarme de esta sospecha amarga.

Ahora, metiendome casi en la tercera decada de mi vida, me veo donde no creia que iba a estar: a medias entre una vida brillante y la mediocridad asquerosa del pane et circensis. Sabedor de que me fui no solo por amor, sino por la hastiedad de observar la mansedumbre de la plebe hacia los decretos dictatoriales de un modo de vida lleno de espejismos y falsedades. Dadme mas que me gusta que me den por culo, parece que dicen a voces y al unisono millones de voces que se dejan sodomizar por el consumismo y la mentira social.

Cuantos libros mas deberia leer para poder mirar con la frente en alto a cualquiera que me interpelase sobre el sentido de la vida, sobre el significado del amor, sobre el olor de las nubes incluso. Se que tengo que leerlos, porque de lo contrario mis vastagos, aun por venir, podrian caer en las garras de aquello que tanto critico y de lo que tanto quiero huir: de las cadenas de tiendas de ropa, de las modas gilipollas, del sexo demasiado pronto para no quedarse fuera del grupete, del botellon y del despiporre sin metas en la vida. La dolce vita es un camino de retiro y serenidad, no de carteras a reventar de dineros mal ganados y de putas y bebida sin limites.

Quisiera estar culturalmente preparado para que mis hijos puedan mirarme a la cara y ver que la realidad no la dan por la tele, que si necesitan saber algo pueden preguntarme y sentirse seguros o - mejor aun - saber que la duda siempre es la mejor opcion.

Cuantos borregos aparecen con 15 años? Parece que les sobreviene la gilipollez a una edad cada vez mas temprana. No hablo de los años del pavo, que eso nos toca a cada uno una racion o dos (maldita sea), sino de que con tan poca edad ya saben a quien tienen que votar dependiendo de si en casa van a misa o fuman porros. Yo les digo: el buenrrollismo y la democracia son una mentira. El hombre es el lobo del hombre. No os fieis ni de vuestra sombra, sed honrados pero vengativos para aquellos que pretendan esclavizaros, con cadenas de acero o con cadenas de television!!

La revolucion nunca debe pasar por tirar piedras y derramar sangre, sino por la pasividad pacifica pero imperturbable de aquel hombre sabio que conoce el engaño aunque lo disfracen de promocion publicitaria del 2x1 en el Carrefour de la esquina.

Y si todo esto falla, sangre, fuego y acero y al cuerno con todos!!